miércoles, 24 de septiembre de 2008

Gran Hermano

Ya ha empezado Gran Hermano, el reality-show por excelencia, la madre del cordero. Sé que debería mantenerlo como uno de esos "secretos inconfesables" tan del gusto de mis amistades blogueras, pero no puedo. A pesar de que esta revelación va a menoscabar mi imagen, tengo que decirlo: ¡Soy fan de Gran Hermano!

Recuerdo que, hace años, cuando llegó la noticia de que en Holanda estaban preparando un nuevo programa de televisión que consistía en encerrar a diez desconocidos en un recinto cerrado durante varios días para ver cómo se relacionaban, causó verdadera sensación. Luego llegó la edición española del programa y con ella las lacrimógenas vicisitudes de ex-legionarios y madres solteras, las expulsiones a medianoche, las peleas de vecinas, a cual más ordinaria...; también llegaron los famosetes freakys que se saltaban la piel a tiras por dos duros y hacían bolos luciendo palmito en discotecas y galas publicitarias; los comentaristas profesionales, los analistas de estrategias, las portadas de Interviú... En fin, todo el circo. Tot plegat, el invento bajó muchos enteros.

Pero yo sigo creyendo que la idea original es buena: diez personalidades completamente diferentes, cada una con su historia, sus costumbres y su escala de valores, obligadas a convivir. ¿Cuáles serán sus reacciones? ¿Qué se esconde detrás de la fachada que la educación y el medio nos ayudan a construir? Me recuerda a esas películas en qué, después de un naufragio o un accidente aéreo, los supervivientes (el joven millonario, uno de los marineros, la chica mona, el hombre de negocios de mediana edad...) se despiertan en una playa tropical y tienen que montarse un chiringuito hasta que los rescaten.

Claro que, en esas películas, el eterno triángulo está repartido de antemano por el autor, mientras que en Gran Hermano suele formarse espontáneamente. Pero, bien mirado, el experimento consiste en hacer, con personas reales, lo mismo que los escritores hacemos con los personajes que crea nuestra imaginación. Colocarlos en una dificultad y dejar que evolucionen...
¿Será por eso por lo que me fascina ese programa...?



lunes, 15 de septiembre de 2008

Dudas

Este año el otoño está siendo muy madrugador. Así que me da la impresión de que ya tendría que estar en marcha. Pero, además del trabajo acumulado, del poco tiempo que tengo para hacerlo y de todas las excusas que me pongo, ahora mismo estoy dudando. No sé que hacer.

Tengo dos novelas en marcha; la primera la dejé cuando la tenía bastante avanzada, porque la poca técnica que tenía cuando la empecé solo me sirvió para terminar con una empanada mental. La segunda está en pleno proceso, pero creo que convendría dejarla reposar un poco más.

Lo único que sé es que para el mes de octubre tengo que estar trabajando en una de ellas. Pero, ¿en cuál? Aquí está mi dilema.

domingo, 7 de septiembre de 2008

De vuelta...

Queridos niños, ¿qué tal el verano?

Yo me lo he pasado trabajando. Pero lo único que lamento es no haber podido estar con vosotros. Por lo demás, hay un tiempo para todo, y ahora tocaba currar.

Estoy un poco desentrenada, así que de momento no esperéis grandes cosas de mis posts. Pero tengo muchas novedades que poco a poco os iré contando. Os lo juro. Aunque quizá creyerais que no ibais a volver a leerme aquí, ya la veis, yo soy de las que le dan su querer al querer...