domingo, 20 de abril de 2008

UN MAL DIA


En tardes como hoy me pregunto si lo que hago merece la pena. O, mejor dicho, si voy a ser capaz de hacer lo que pretendo. Si todo el esfuerzo hasta ahora acumulado no se va a convertir en uno de esos proyectos baldíos que se amontonan a mi alrededor. Tengo la sensación de ser una soñadora impenitente, siempre empezando de nuevo y nunca terminando nada.


"Cuando llegue la inspiración, que te encuentre trabajando", dice la máxima, atribuida entre otros a Picasso. Eso es lo que intento. Pero no debo de trabajar lo suficiente, o quizás la inspiración ha perdido la agenda donde tenía mi dirección. El caso es que, entre una cosa y otra, se me amontonan los compromisos que alegremente he adquirido y, al final, me veo incapaz de cumplir con ninguno de ellos. Ni siquiera sé por donde empezar.


Mientras tanto, mi casa contraviene todas las directrices del Fehng Shui. Quizá debería dejarlo todo de lado y ponerme a ordenar los armarios. Quizá debería desistir de mi vano empeño y conformarme con dejar pasar la vida, envejecer dulcemente viendo crecer a los niños y regando las macetas. Un largo paseo al caer la tarde y de noche, C.S.I o House antes de irme a dormir. Tal vez esa sería la forma de poder hacerlo.


Al fin y al cabo, nadie espera nada de mí. Soy yo la que me empeño en ofrecerme, casi hasta el punto de imponerme. Soy yo la que me meto prisa, la que me embarco en toda clase de proyectos y ni siquiera tengo el sentido del Capitán Araña; al contrario, soy yo la que a menudo me encuentro sola a bordo mientras veo que los demás me observan socarronamente desde la orilla. Como si todos, menos yo, supieran que el barco, una vez más, va a encallar.

martes, 8 de abril de 2008

TU VIDA EN UN LIBRO


Queridos niños, sé que últimamente os tengo desatendidos. No lo toméis a mal, hago lo imposible por mantener al día este blog, pero entre mi faceta de novelista en ciernes y la redacción de los apuntes estoy ocupadísima. Espero que el resultado merezca la pena. Sin embargo, no podía dejar de hacerme eco de una iniciativa de la que quizá hayáis oído hablar: Tu vida en un libro. Este año, la Escuela de Escritores, impulsora de las exitosas campañas Apadrina una palabra en vías de extinción y La palabra más bella del español, nos propone celebrar el Día del Libro escogiendo aquellos libros que marcaron un antes y un después en la vida de sus lectores, aquellos que crearon un vínculo emocional entre las personas y sus lectura. En definitiva, el libro que escogeríamos ser si las personas fuéramos libros.


Difícil elección. Los libros son puertas a mundos fantásticos que reflejan como espejos mágicos nuestra realidad. Cada uno de ellos nos aporta algo nuevo: Hay frases y hasta párrafos enteros que hacemos nuestras porque expresan nuestros propios sentimientos; vivencias o personajes que podemos ver claramente en nuestra imaginación porque son similares a sucesos o personas que hemos conocido; descripciones de países o épocas lejanas que nos dan datos que acumulamos a nuestro acervo de conocimientos… ¿Cómo elegir uno sólo?


Cada uno tiene sus razones. Ana Muñoz de la Torre (profesora de Escuela de Escritores), elige El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger, porque, según dice, cuando lo leyó por primera vez estaba tan perdida como Holden Caulfield y cuando lo terminó se sintió mucho menos sola en este mundo. Para Esperanza Fabregat (también profesora de Escuela de Escritores), fue decisivo La isla del tesoro, de R.L. Stevenson porque después de leerlo varias veces en el plazo de un mes, a la edad de diez años, decidió dos cosas: que quería ser pirata y que quería ser escritora. Eloy Tizón (escritor), por su parte, se reconoce en la mirada marciana, introspectiva y lírica de Los apuntes de Malte Laurids Brigge, de Rainer María Rilke.


Cualquiera de esos motivos es válido para memorizar un libro, o parte de él, y de esa forma colaborar en el acto público que, con la colaboración de la asociación cultural Proyecto Fahrenheit 451 –una comunidad en la que, como en la novela de Ray Bradbury, cada miembro lleva un libro en su mente-, Escuela de Escritores pondrá punto final a la consulta realizada haciendo que algunos de los internautas e invitados especiales que participen en la iniciativa homenajeen las obras elegidas recitando de memoria algunos pasajes escogidos.


Para ir abriendo boca, esta semana tenemos dos interesantes sesiones de Cuentacuentos:


En la primera (totalmente gratis), que será este Jueves 10 de abril a las 20h, en el Pati Llimona (C/Regomir, 3, Barcelona), Juan Pablo Fuentes nos hablará sobre EL PODER Y LA PALABRA: La poesía en los cuentos y cuentos sobre poesía. Caudillos que
convencen narrando, palabras que crean mundos, poetas minimalistas...
Un recorrido de Galicia a Barcelona pasando por la meseta castellana
respondiendo a una pregunta ¿Puede la poesía cambiar el mundo?


La segunda (5€ con consumición) será al día siguiente, viernes 11 de abril a las 21h, en el VALENTINA ( Plaza Regomir, 2, Barcelona), VIERNES DE PASIÓN, es una sesión de cuentos eróticos del grupo Bocabadats, que nos hablarán de una caperucita muy especial, adolescentes precoces, enganchados al sexo, San Valentines pasados al horno, un principe que sobrepasa los límites de la pasión y el final de un enigma sobre tres amigos muy
golosos.


No puedo terminar sin felicitar a Palimp por la llegada de la preciosa Júlia, a quién seguro tendremos pronto escogiendo el libro que quiere ser.

martes, 1 de abril de 2008

La profecía

Moncho Alpuente y los Kwais han demostrado ser mejores videntes que Aramís Fuster, Octavio Aceves o cualquier otro de los que mercantilizan su don en las pantallas televisivas a altas horas de la madrugada. Casi treinta años después de que ellos anunciaran "iremos con la basca a la corte monegasca", Pedro Almodóvar y sus chicas, consagrados supervivientes de la "movida madrileña", se lo han pasado pipa alternando con la crême de la aristocracia bullanguera europea en el famoso Baile de la Rosa, presidido por la ínclita Carolina y su ambiguo hermano Alberto.

Según declaró el propio Almodovar, maravillado, fue la familia Grimaldi la que graciosamente se adaptó al cutre-lux, y no al revés. No comprendo el porqué de tanta maravilla. Dejando de lado que Mario Vaquerizo no es el único que parece un vampiro con smoking (Karl Lagerfeld también se las trae y lleva mucho tiempo asistiendo a ese baile) y que probablemente no es la primera vez que Alberto está al lado de un travesti, las casas reinantes -sobre todo, cuando quieren seguir reinando- siempre han sido pioneras en esto de integrar en sus cortes a los villanos que destacan de la plebe. A este propósito, recuerdo una anécdota de no sé que rey (Alfonso XII o Alfonso XIII) que un día invitó a comer en Palacio a un campesino. Cuando sirvieron la fruta, dejaron al lado de cada plato un pequeño bol lleno de agua con limón y el campesino, que en su vida había visto un lavadedos, lo cogió y se la bebió. Todos los cortesanos presentes se quedaron helados ante tamaña incorrección pero el Rey, haciendo gala de gentileza y afabilidad, se la bebió también para que el campesino no se avergonzara de la metedura de pata.

Bueno, no sé que habría hecho el campesino en cuestión, pero seguro que los dos Oscars (entre otros muchos premios) conseguidos por Pedro han tenido mucho que ver en la sorprendente y "divertida" elección principesca. Además de prestigio, tanto galardón ha debido proporcionarle al manchego muchos beneficios, aunque sea de forma indirecta, y para un pequeño país que entre otros atractivos cuenta el de proporcionar un excelente régimen fiscal a los nuevos ricos y una excelente ocasión de codearse con las estrellas del momento a los ricos de siempre, con el ulterior fin de que unos y otros se dejen la pasta en el Casino, en el Beach Club o en otros negocios de hostelería controlados por la familia Grimaldi, contar con la presencia o incluso la residencia de un genio de nuestro tiempo como Almodóvar merece que su emblemática princesa Carolina se ponga un vestido con transparencias hasta la rodilla y aguante estoicamente que Ernesto de Hannover no quite los ojos de las tetas de Alaska en toda lo noche. Más duro de tragar debió ser el paseíto que se dio ella sola hasta la Catedral de la Almudena.

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