miércoles, 19 de diciembre de 2007

REGALA CULTURA


Queridos niños, os tengo abandonados. Lo sé. Pero es que, si éramos pocos, parió la abuela. Así que mucho me temo que hasta que pasen estas entrañables fiestas no voy a poder atenderos mucho. Pero prometo que mi propósito de Año Nuevo va a ser organizarme. Pero ahora mismo, me va a ser imposible porque en estos días las mujeres-madre tenemos, inevitablemente, cien mil cosas en la cabeza.

Una de ellas es la cuestión de los regalos. No solo hay que hacer equilibrios con el presupuesto sino que a una le gustaría no tener que recurrir al socorrido perfume. Sobre todo cuando los juguetes ya han dejado de ser una opción válida. A mí personalmente siempre me ha gustado regalar (y que me regalen) libros. En el mercado hay títulos que se adaptan a todos los gustos, por lo que es fácil acertar. Y además, la cultura nunca sobra. La pega es que es un regalo tan visto como el perfume.

Por suerte, este año he descubierto alternativas muy interesantes. Originales, innovadoras y accesibles a todos los bolsillos:
En Barcelona, tenemos la promoción “Estas fiestas regala cultura, regala MNAC”. Hasta el 15 de enero de 2008, por 20€ puedes suscribir como Amic del Museu Nacional d’Art de Catalunya (Palau Nacional, Parc de Montjuïch, 08038 Barcelona. Tel. 93 622 03 60 Ext. 4500) a quien desees. Solo es necesario que sepas su nombre y dirección y en el plazo máximo de una semana recibirás en tu casa el carné-regalo para que lo puedas entregar durante las fiestas. Con el carné regalas toda una colección de ventajas muy apreciadas por los amantes del arte: entrada gratuita al Museo, visitas comentadas, asistencia a inauguraciones previas, descuentos especiales…

En Madrid, bajo el lema "Regala cultura, regala Cibeles", la asociación cultural Cibeles (Plaza Santa Ana 4, 2º. 28012 Madrid. Tel. 91 523 17 81) sugiere como regalo diferentes cursos (arte, informática, fotografía o música), visitas guiadas a museos o exposiciones, y recorridos por Madrid. Un amplio abanico de posibilidades con el que satisfacer los gustos más diversos.

En Internet, Portal del Escritor tiene un formulario especial para regalo. Solo tienes que dejar tus datos y el de la otra persona, así como el día que quieres que se lo notifiquen. El mismo día 6 de Enero, al abrir su correo, encontrará un mensaje que diga que tú le has regalado un taller literario. O puede llegarle otro día, el que prefieras.

Estos son solo algunos ejemplos. Seguro que mi parentela se sorprende al encontrarse debajo del árbol con un carné o un pequeño sobre, en vez del paquete inmenso al que están acostumbrados, pero sé que para el año que viene nos vamos a encontrar con muchos más…
Entre nosotros... ¡Son todos unos copiones...!

jueves, 6 de diciembre de 2007

RELATOS NAVIDEÑOS


De todas las fiestas cristianas, la navidad es la que más da de sí, literariamente hablando. Que me lo digan a mí, que acabo de leerme casi 200 relatos navideños de un tirón. Suficientes para cubrir el amplio espectro de temas englobados en una simple palabra.

Aunque en teoría conmemoramos el nacimiento de Jesús, eje de la cultura cristiana, la celebración está tan teñida por los antiguos rituales paganos en honor del solsticio de invierno (precedente sincrético de la navidad), que la ceremonia puramente religiosa, la Misa del Gallo, es la tradición menos mencionada en ellos. De hecho, de todos los elementos bíblicos el que más aparece, por encima incluso del Portal de Belén, es el de los Reyes Magos. Y casi siempre en relación con su faceta de portadores de regalos, más que en la de adoradores del Niño.

Muchas veces, los Reyes Magos aparecen enfrentados con Papá Noel por el monopolio de la distribución de juguetes. Y casi siempre gana el heredero de la tradición nórdica. ¡Papa Noel! Este sí que es un personaje socorrido para los narradores de hoy en día. Además de a luchar por su puesto de trabajo, al pobre viejecito tripón se le obliga a adoptar todo tipo de papeles incómodos: el de marido dominado por su mujer, el de terrorista suicida, el de pederasta…

Yo diría que los más aficionados a poner en aprietos al símbolo por excelencia de la alegría navideña son los autores sudamericanos. Es parte de ese rechazo generalizado que se observa en los relatos procedentes de esa parte del globo a los tópicos navideños por excelencia. Algo completamente lógico, por otra parte: El muñeco de nieve, el abeto engalanado, el calcetín colgado ante la chimenea encendida, etc, son motivos procedentes del folklore propio del frío norte de Europa y en el verano recién estrenado del cono sur resultan tan anacrónicos como un pulpo en un garaje, por mucho que los grandes almacenes se empeñen en lo contrario. De hecho, sus navidades se parecen más a lo que aquí sería la noche de San Juan: cenas al aire libre, en patios y terrazas, con los adolescentes largándose de marcha a las primeras de cambio y los niños esperando que suenen las doce para tirar petardos y cohetes.

Lo que sí es similar en los dos hemisferios es el carácter familiar de las fiestas. En todas partes, los parientes se reúnen para cenar, lo que da ocasión a todo tipo de disputas o situaciones chuscas. Esta costumbre es un auténtico cajón de sastre para el escritor, pues muchas veces se aprovecha la cena de nochebuena para ubicar una situación que, en puridad, no es típicamente navideña. Aunque en realidad, no se necesita ni siquiera esa excusa, pues hay autores que parece creer que basta con poner “era navidad” para que un relato suene a navideño, aunque trate de vampiros, de fantasmas o de bigamia.

De lo que parece imposible librarse es de la moralina. Todavía hay gente que trata de aprovechar la ocasión para mostrarte que mientras unos se divierten, otros mueren de hambre y de frío, como si que los demás estuvieran angustiados bastara para solucionarles la papeleta a esos infelices y la conciencia social consistiera en reprimir cualquier muestra de alegría o vitalidad.

Afortunadamente, lo que prima hoy día es la tendencia a contrarrestar esa dulzura empalagosa de estas fiestas. Lástima que para conseguirlo se suele caer en el extremo contrario: el tremendismo más desaforado. Parecería que es imposible llegar a satirizar la navidad sin caer en efectismos, pero por suerte, hay relatos que lo consiguen. Debo decir que algunos de los que he leído me han gustado mucho.

Lástima no poder compartirlos con vosotros, pero están sujetos a derechos de edición. Lo único que puedo deciros es que, esto de ser jurado en el concurso de relatos navideños de Portal del Escritor ha sido una experiencia muy interesante. Me ha servido para aprender muchas cosas de este variado tema. Ahora, puedo decir que soy una verdadera experta. Y vosotros, queridos niños, ya sabéis a quien podéis dirigiros en caso de duda sobre la materia.

Únicamente os pido una cosa:


¡¡¡NO ME PIDÁIS QUE ESCRIBA UN RELATO NAVIDEÑO!!!

¡Creo que están empezando a salirme por las orejas!

domingo, 25 de noviembre de 2007

AGENDA


Lo urgente no deja tiempo para lo importante, dicen. Últimamente, con unas cosas y otras, mi agenda está tan repleta de actividades perentorias que no tengo tiempo de atender a las oportunas. En castellano llano, que no actualizo debidamente mi blog porque, muy a mi pesar, no doy abasto.

Sin embargo, no creáis, queridos niños que me leéis, que os olvido. Al contrario, os tengo muy presentes, por eso quiero compartir con vosotros dos de estas actividades que, mucho me temo me van a mantener algo alejada de vosotros, pero que no puedo ni quiero perderme. Y vosotros, si queréis mi consejo tampoco deberíais hacerlo. Tiempo habrá para seguir con lo nuestro. De momento, tened bien presente, dos citas importantes:

La primera, la presentación de Cuando las cosas dejaron de tener sentido (editorial Grupobuho), el bloog (book+blog) de Guillermo Ortiz, reconocido maestro de bloggers. Será este martes, 27 de noviembre, a las 20:15 horas, en la librería Excellence (Rambla Cataluña, 25) de Barcelona.


Cuando las cosas dejaron de tener sentido, es una recopilación de los cientos de post escritos por Guillermo durante finales de 1985 y 1986, cuando, embarcado en la publicación de su segundo libro de relatos (Pequeños Objetivos) vivía a caballo de Madrid y Barcelona.

Conociendo a Guillermo, un tipo callejero, siempre con el i-pod a cuestas, obsesionado con la cultura, la amistad y el amor, no cabe duda de que el libro, donde se entremezclan la vida profesional del autor, con entrevistas con gente destacada (como Joaquín Sabina o Cristina Rosevinge) y relatos de momentos íntimos con personas desconocidas (pero no por eso menos interesantes), merecerá la pena. De manera que el martes no pienso faltar ni por todo el oro del mundo.


Y el viernes 30, a las 20:00 horas, en el ya clásico punto de encuentro (Bar Lletraferit, c/Joaquín Costa, 43) cuarta edición de BITÁCORAS Y LIBROS, la imprescindible tertulia de blogueros organizada por Palimp (El cuchitril literario). Las tres primeras fueron un éxito. Desde la primera toma de contacto, en mayo, los bloguers barceloneses aficionados a la literatura estamos empezando a formar un verdadero grupo de amigos, del que esperamos surjan muchas cosas positivas.

Un grupo de amigos que pretende extenderse, no limitarse. Estamos deseando conocer a más. Por eso, cuantos más seamos mejor. De manera que, ya lo sabes, si tienes un blog o te interesa este mundillo, y vives en Barcelona o los alrededores, o en cualquier otro punto de España o del Universo, pero da la casualidad de que el viernes pasas por aquí, quedas invitado.

Eso sí, recuerda que para la cena posterior en el restaurante Eucaliptus es conveniente hacer reserva de mesa.

Así que, si me retraso un poco con los post, disculpadme. Como veis, voy a estar unos días un poco ocupada. Pero, para que os consoléis, voy a presentaros mis últimos descubrimientos: Tres nuevos blogs muy prometedores.

Desde mi ventana, de Blood.

Interiores, de Green,

IoSonoValeria, de Valeria Titarelli.

¡Echarles un vistazo! Os gustarán.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

LA CORRIENTE QUE NOS LLEVA



Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir:
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales
allí los otros medianos
y más chicos:
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.




La imagen plasmada por Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre sigue siendo una de las más bellas y precisas formas de describir la vida. El tiempo, como el agua, fluye de forma inevitable arrastrándonos hacia la muerte ineludible con una fuerza mayor que todas las que le podamos oponer. Y, como el agua, en nuestra primera edad corremos alegremente, saltando cristalinos de piedra en piedra; nos convertimos después en oscuros y tempestuosos, nos llenamos de remolinos y formamos meandros para esquivar el terreno duro que encontramos a nuestro paso; y al final, terminamos siendo un curso lento, ancho y profundo antes de desaparecer, fundidos con todas las aguas que fueron antes que nosotros.

Parecería entonces que no somos más que tiempo, que nuestra vida no sería más que un dejarse llevar indefectiblemente hacia la muerte, si no fuera porque ese fluir, esa agua de la vida que nos arrastra, arrastra algo. Algo que lleva dentro de sí. Pueden ser hojas o ramas caídas de los árboles que la rodean. Tierra que levanta de su cauce al pasar. Piedras desprendidas de las rocas a su paso. El “yo” inmaterial que sentimos dentro de nosotros desde que nacemos, la conciencia del ser que todos tenemos y que permanece inmutable a pesar de los cambios físicos que experimentamos.

¿Con qué podríamos comparar nuestra esencia? Con una hoja que se desliza lentamente sobre la superficie (como si un niño, imaginándola barco, la hubiera depositado con todo cuidado) hasta pudrirse y disolverse en el agua. Con una rama desgajada del tronco, pero aún verde y fuerte, que se engancha en las rocas que sobresalen y forma represas, intentando estancar el agua, hasta que es arrastrada por una crecida. O con una piedra, al principio informe y llena de aristas y al final, suavizada por los choques contra las otras piedras que viajan con ella, convertida en un pulido y suave canto rodado.

Quizá haya algo de todo o quizá no haya nada. Pero la forma que prime en nuestro ser (hoja, rama o piedra) va a determinar qué vamos a ser cuando lleguemos al mar y cómo vamos a volver a la playa.

lunes, 5 de noviembre de 2007

EN SENTIDO FIGURADO




Hoy, lunes 5 de noviembre de 2007, se publica ¡al fin! el primer número de la revista literaria virtual EN SENTIDO FIGURADO, a cuyo Consejo Editorial tengo el inmenso honor de pertenecer.

La gestación ha sido larga, y el parto difícil. Tanto, que me ha impedido actualizar este blog con la frecuencia que hubiera deseado, pero después de ver a la criatura estaréis de acuerdo en que merecía la pena el esfuerzo.

En sentido figurado es un proyecto que se inició a finales del año 2006, cuando un grupo de ex-alumnos de Portal del Escritor se puso de acuerdo para crear y mantener un espacio abierto para que los artistas contemporáneos (especialmente los nóveles) dispusieran de un medio donde exponer sus obras gráficas y literarias, y a la vez, colaborar en la concienciación de la comunidad respecto de los problemas sociales que nos afectan.

Como resultado de su empuje lograron la colaboración de un amplio grupo de escritores y artistas originarios de distintos países, entre los que me encuentro, con el decidido propósito de sacar a la luz el proyecto. Y aunque ha habido ocasiones en que hemos estado a punto de tirar la toalla, milagrosamente ya la tenemos aquí. Casi no me lo puedo creer.

En sentido figurado consta de dos partes: La revista literaria propiamente dicha, que tiene cabida para relatos, microrrelatos, poesía y ensayos, y saldrá los primeros lunes de cada mes; y el suplemento Entremés, una zona interactiva en la que el lector podrá participar a través de los foros, con consejos y noticias literarias y cinematográficas, literatura escrita por y para niños y, además, un espacio donde se expondrán cuadros y fotografías.

Por supuesto que vosotros, queridos niños que me leéis, podéis publicar en ella. Tanto textos como imágenes. Solo tenéis que ir al apartado donde pone publicar, en la página de presentación, y os enteraréis de cómo hacerlo. Estamos esperando vuestra contribución.

¡Os gustará! Porque, aunque me esté mal decirlo, es una preciosidad. Por eso, debo dar las gracias aquí a Pepe, Judy y Marigil por iniciar el proyecto, y al resto de mis colegas en el Consejo Editorial por seguirlo.

¡¡¡¡Gracias, compañeros!!!!

jueves, 25 de octubre de 2007

FIESTA

El enemigo es por definición alguien que no tiene nada mejor que hacer que tocarte los huevos. Con la tenacidad propia de quien dispone de todo el tiempo del mundo para dedicarlo a sus propósitos te persigue por cualquier ámbito de actividad en la que te desenvuelvas con el único propósito de fastidiarte.

Da igual como intentes luchar con él. Puedes enfrentarte en buena lid y romperle la cara, a ver si se acobarda. Puedes optar por denunciarlo públicamente, a ver si se avergüenza. O puedes imitar sus artes y convertirte tú misma en alguien despreciable, para que pruebe de su propia medicina. Da igual, él sigue ahí, dando por saco, abusando de la impunidad que le da el Código Penal y sus prescripciones contra el crimen puro y duro.

La clave está en el tiempo. Hay gente para la que parece que no pasa. Siguen siempre en un estadio de larva, sin llegar a desarrollarse y madurar. Por eso, son pacientemente vengativos, absurdamente rencorosos, persistentemente ofensivos, como si sus vidas no tuvieran más objeto que lavar pretendidas afrentas, merecidos castigos y restituidas vejaciones.

Solo son unos desgraciados. Y lo son porque son dignos de lástima. No se dan cuenta de que en la vida hay muchos más placeres que infligir un daño inútil. Que el sabor del mal amarga todos los manjares de la vida. Por eso, lo mejor es hacer tuyo el dicho “no ofende quien quiere, sino quien puede” y despreciar olímpicamente su presencia.

La vida es demasiado corta para desperdiciarla en quién no merece la pena.


jueves, 18 de octubre de 2007

INCOMPATIBILIDAD LABORAL




-Al final, voy a tener que presentar una reclamación en forma –se lamentaba Antoine, mientras recortaba con cuidado el pelo de la nuca para darle la forma redondeada que estaba de moda. A la señora Angustias, a pesar de que ya había cumplido los setenta, le gustaba ir a la última.

-¡Anda, anda, Antoine! –contestó ella, con deje de fastidio- ¡Déjate de tonterías! Lo que tienes que hacer es modernizarte y dejarte de rollos de ésos que a ti ni te van ni te vienen. ¿Por qué no te apuntas a un cursillo de éstos que hacen ahora en las peluquerías buenas? Verías como entonces te mejoraban las cosas.

La señora Angustias era una de sus clientes más antiguas. Había empezado a venir por la peluquería cuando aún vivía su madre. Por eso Antoine le toleraba esas palabras. ¡Modernizarse él! Pero si era un peluquero estupendo.

-Ya me gustaría, señora Angustias –dijo, mordiéndose la lengua para no mandarla a la mierda- Pero es que, con todo este lío, no tengo tiempo de nada. Ya ve usted que muchos días no puedo ni abrir la peluquería. Por eso tendrían que pagarme algo, digo yo… Al fin y al cabo, es un trabajo. Y no es que no quiera hacerlo, yo estoy dispuesto a lo que sea, pero es que no llego a fin de mes.

Mientras hablaba, Antoine maniobraba con el espejo de mano para que ella pudiera verse por detrás, pero por el reflejo del grande veía como la señora Angustias estaba más atenta a su expresión que al peinado. Sus ojos incrédulos empezaron a ponerle nervioso. Ella, sin darse cuenta, cruzó las manos en el regazo, con aire de paciencia:

-Pero, vamos a ver, ¡hombre de Dios!, ¿qué es lo que tienes que hacer tú, que te da tanto trabajo?

-¡Pues muchas cosas, señora Angustias! Cuando no viene el portaaviones y tengo que ir a recibir instrucciones, es el supervisor el que me visita para que le de informes. Además, tengo que ir a hacer las misiones que me mandan. ¡Son muchas cosas! ¡Usted no se hace cargo! ¡Nadie se hace cargo! –Antoine, ya visiblemente alterado, desprendió el velcro que sujetaba la bata de la señora Angustias de un tirón tan fuerte que sin querer hizo caer sobre la falda de ella la cestita llena de rulos y el secador que estaban en la repisa bajo el espejo. La señora Angustias no pudo evitar un respingo, sobresaltada. Al notarlo, Antoine intentó controlarse- ¡Huy! Perdone, señora Angustias –dijo, recogiéndolo todo rápidamente y alcanzándole el bolso con amabilidad.

-No pasa nada, hijo –dijo ella, con voz temblorosa y ojos como platos. Sonriendo sin ganas, se levantó y se preparó para irse. De pronto, le había entrado mucha prisa y ya no tenía ganas de conversación. Él dio ganas al cielo. Todavía estaba nervioso y le había entrado uno de aquellos molestos sudores que le daban de vez en cuando. Se lo secó con disimulo mientras le cobraba (esperaba que ella no lo notara, un peluquero tiene que dar imagen de limpieza), pero cuando le preguntó si le reservaba hora para la semana siguiente, la señora Angustias se excusó: Iba a irse unos días de viaje a casa de su hermana, dijo.

Antoine no la creyó, aunque fingió hacerlo. Era como todas las demás. No les gustaba tener un peluquero que además fuera espía. Por esa razón se estaba quedando sin clientela. Y por eso quería que le pagaran, no por otra cosa, dijo. “Pero tú sabes que eso es lo de menos -le contestó el supervisor desde detrás del espejo. Siempre llegaba así, a través de los rayos proyectados por el satélite que confluían en la antena parabólica disimulada en el antiguo secador de pie que estaba en una esquina –Lo que importa es que defendamos nuestra forma de vida frente a las fuerzas del mal…”

viernes, 12 de octubre de 2007

¡QUE SEAS FELIZ!




Que seas feliz, feliz, feliz…
Es todo lo que pido en nuestra despedida.
No pudo ser, después de haberte amado tanto,
Por todas esas cosas tan absurdas de la vida.


Siempre había soñado con oír esas palabras como adiós. Yo las he utilizado a menudo. Cuando algo realmente pudo ser y no fue, poco importa que lo absurdo esté en nuestra vida o en la del otro. Una desea prolongar el brillo de la mirada reflejada en los ojos del otro aunque sea en la distancia.

Pero nunca antes me había pasado. Es curioso escuchar en otros labios las palabras que tú misma has robado de una vieja canción. Aunque no sea la primera vez que por esa boca salen palabras que podrían ser tuyas. Las cosas absurdas de la vida nunca acaban de tener explicación.

Por eso, es mejor no intentar comprender y dejarse llevar por la suave melodía que, por una vez, podría ser cierta…

Siempre podrás contar conmigo.
No importa donde estés
Así que ya lo ves,
Quedamos como amigos.

Y en vez de despedirnos con reproches y con llantos
Yo que te quise tanto
Quiero que seas feliz, feliz, feliz…

lunes, 8 de octubre de 2007

THINKING BLOGGER AWARD



Después de diez días de retiro, dedicados a partes iguales a mis labores editoriales, a profundas meditaciones sobre el delicado papel del jurado a la hora de otorgar premios y a recuperarme de la resaca producto de mis incursiones nocturnas en compañía de blogueros y demás gentes de mal/buen vivir (según como se mire), me reincorporo al blog cumpliendo la parte que me toca como ganadora de este premio del que me siento tan orgullosa.

Lo primero de todo, hay que cumplir las tres reglas:

1º- Mostrar la imagen del premio: La podéis ver encabezando este post.

2º- Enlazar con el post original, para que se vea el origen del premio, lo que podéis hacer simplemente clicando aquí.

3º- Escribir un post (éste mismo que leéis) premiando a cinco blogs que me hayan hecho pensar.

Esta es la parte más difícil. Estoy tentada de otorgárselo al amigo Fran o a Kasi_siempre, porque me encantan sus blogs y la manera como escriben, pero ya tienen dos cada uno y darles otro ya me parecería pelotear con él. Lo mismo me pasa con otros blogs que me han gustado mucho pero que ya han sido premiados por ellos. Creo que lo mejor es que el premio corra. Por eso, después de pensarlo mucho, he decidido otorgarles el premio a:

- El cuchitril literario, el prestigioso blog de palimp, donde siempre encuentro noticias interesantes acerca del mundo editorial y referentes muy útiles para escoger mis lecturas.

- Un hombre de pago, uno de los primeros blogs que leí, y en el que Neus nos demuestra el gran papel que el ciberespacio puede jugar en la literatura.

- Pies para quiosquiero, un blog comunitario donde el quiosquero, la quiosquera y su hijo nos muestran una cara del mundo a través de las anécdotas que viven cada día en su quiosco y la problemática del último escalón del mundo editorial: el vendedor.

- Cocaína intelectual, dedicado a analizar la actualidad desde un punto de vista personal y desenfadado, ejemplo del papel que han jugado y juegan los blogs, estos pequeños espacios personales, en la posibilidad de que todos y cada uno de nosotros podamos expresarnos y acceder a un público mayoritario sin las trabas y limitaciones que suponen los medios de comunicación institucionalizados, siempre mediatizados por el capitalista y/o los anunciantes que los respaldan.

- Cartas a Federica, un blog de reciente aparición pero con mucho futuro en el que Amatista nos habla de sus vivencias como responsable de una persona dependiente y nos da una lección de saber vivir.

Bueno, ya está. Ahora sólo me queda avisar a los premiados y pasar el testigo del minuto de gloria. Aunque, eso sí, !seguiré manteniendo el logo¡

Besos para todos.

viernes, 28 de septiembre de 2007

BOLETÍN INFORMATIVO

Queridos niños, hoy tengo tres importantes noticias que daros:

La primera, la aparición de un nuevo blog muy interesante que paso a incorporar a mis enlaces recomendados: Cartas a Federica. En él, la amiga Amatista nos cuenta su historia, nos da algunos consejos útiles y nos transmite su coraje y su inmensa alegría de vivir.

La segunda, una gran oportunidad para las chicas (me disculpo con vosotros, chicos, pero ya llegará vuestra ocasión): Por fin en YoMujer.com -vuestra revista- se han decidido a aceptar colaboraciones de gente ajena al equipo habitual y han publicado una convocatoria para nuevas redactoras. Las interesadas solo tenéis que entrar en la revista y dejar un mensaje privado en el perfil de Olga, la coordinadora.

Y por último, aunque no por ello menos importante, es que esta noche se celebra en Barcelona la tercera reunión de Bitácoras y Libros. La cita es en el bar Lletraferit (c/Joaquín Costa, 43) a las 20:00 horas. Para más información, acudir al blog del amigo Palimp, el impulsor de la idea.

Espero ver por allí a alguno de vosotros:


martes, 25 de septiembre de 2007

¡¡¡¡PEDRO !!!!

Vaya, me acabo de enterar de la gran noticia y todavía estoy un poco aturdida. Así que tenéis que dejarme unos días para que me organice y medite a quién voy a premiar. Pero no podía dejar de agradecer inmediatamente a Fran que me haya otorgado el Thinking Blogger Award.

Estoy muy orgullosa. Más que nada porque aún no llevo ni un año publicando en el blog y, francamente, no me esperaba que tuviera tan buena acogida. Eso es algo que debo agradeceros a todos los que me leéis y que me miráis con buenos ojos.

Bueno, lo dejo por ahora porque me estoy poniendo colorada.

¡¡¡¡¡ MUCHAS GRACIAS !!!!!!

sábado, 22 de septiembre de 2007

UN CLAVO SACA OTRO CLAVO

-Hay algo en la música de Vivaldi que la hace igual a un buen vino –dijo Gerardo, levantando su copa para que yo observara al trasluz el Hacienda Monasterio, reserva 2001, que antes había juzgado como el único caldo adecuado para acompañar el guisado de venado que se había empeñado en hacerme probar- Cuestión de matices. ¿Ves los ribetes azules que matizan el color rubí?

Yo lo miré con expresión embobada y solté el oportuno “¡Oh! ¡Siii…!”, como si hubiera entrado en éxtasis.

-Es porque tiene unos taninos redondos y suaves, que le dan una juventud longeva-continuó Gerardo, satisfecho, y me miró con aprobación, como si yo fuera una niña buena- No todos pueden apreciarlos. Por eso, aunque cualquiera nota su fragancia balsámica y fresca, hay que tener verdadero paladar para distinguir ese sabor frutal, con notas tostadas de la barrica, que persiste largamente en la boca.

Estuve en un tris de mandarlos a tomar por culo: a él, a los taninos y al paladar. Pero logré refrenar mi genio y cambiar de conversación preguntándole por su ex. Esa era su otra monomanía. También resultaba algo cargante, es verdad. Pero más fácil de manejar que todas esas pedanterías sobre la comida y la bebida que nunca había podido soportar. La verdad es que el vino estaba de cojones y el restaurante era de lo más agradable, pero para acabar con dolor de estómago casi prefería haber ido a un McDonalds. Me gusta comer bien tanto como a la que más, pero siempre he pensado que vale más comerse un bocata de tortilla en buena compañía que una langosta en un ambiente estirado y solemne como el de una catedral.

El resto de la noche fue bien. Aparte de esa manía de dejarse una pasta gansa en hacerse la ilusión de ser un gourmet, Gerardo era un tío encantador. Y guapo. Además, estaba en buena posición económica, que siempre es un punto. Eso le permitía tener detalles de esos que te hacen sentir mimada. Mismamente, haberme llevado a cenar a un restaurante tan caro. No es que yo fuera interesada, pero al fin y al cabo, eso quería decir que estaba dispuesto a hacer algo para conquistarme ¿no?

Tampoco era de los que agobian (otro punto a su favor), así que volví a mi casa sola y bastante contenta. Canturreé una canción mientras me ponía el pijama y todo fue bien hasta que, al vaciar mi bolso, un acto reflejo me hizo comprobar el móvil. La costumbre. Pero, una vez más, me sentí decepcionada al ver no había ningún mensaje ni ninguna llamada perdida. Pero no fue la decepción lo que hizo lanzarme boca abajo sobre mi cama, aferrando la almohada contra mi vientre como si fuera otra vez una adolescente. Yo ya sabía que no encontraría nada. ¿Por qué lo buscaba, entonces? Eso era lo que de verdad me desesperaba. Lo que hacía que volvieran a mí todas las agonías de la Virgen de los Siete Dolores.

Pero fue solo un momento. Enseguida me reconforte a mí misma, pensando en que ese día solo lo había hecho una vez. Era un avance. Suspiré hondo y me dí ánimos. Verás como a me poco se te pasará, me dije. Luego le di las gracias in mente a Gerardo. A pesar de aquel pequeño ramalazo de cursilería no había duda de que me había hecho olvidar por un momento. Ilusionada, pensé que quizá si siguiéramos adelante lo lograría completamente. Aunque una vocecita, en vano sofocada en el fondo de mi mente, me decía que, por más que me empeñara, no lo iba a conseguir.

viernes, 14 de septiembre de 2007

MEME

Queridos niños, mi gran amigo Fran, promesa del teatro y reciente ganador del thinking blogguer award por su excelente El paraíso virtual de la sin hueso, me ha pasado una meme. La primera en mi vida de bloguera.

La cosa se trata de:

1º: Contar cinco secretos, cinco cosas inconfesables que no nos atreveríamos a revelar.

2º: Poner en el post las normas de esa peculiar cadena y,

3º: Pasarlo a cinco personas que piensas van a continuarlo.

Me siento honrada de que haya pensado en mí, pero la verdad me ha puesto en un aprieto. Como ya le dije a él, yo no tengo secretos dignos de tal nombre y menos para vosotros, pero en fin, haré lo que pueda, así que os voy a desvelar cinco aspectos de mi personalidad que quizá os resulten chocantes:

1.- Soy adicta a Gran Hermano. A pesar de lo que digan algunos, estoy convencida de que los que entran en la casa de Guadalix de la Sierra no tienen guión alguno: la realidad siempre supera a la ficción y en este mundo hay gente para todo.

2.- Adoro las revistas del corazón. Parecería que no sé vivir sin saber lo que hace Carolina de Mónaco, pero me resulta fascinante comprobar que los personajes del papel couché también tienen un lado humano.

3.- Me encantaría conocer a un millonario guapo, divertido y generoso que se enamorara apasionadamente de mí y me retirara a vivir a una mansión con mayordomo y todo. Ya sé que el sueño del príncipe azul no se aviene con mi carácter de mujer emancipada e independiente, pero que queréis, una en el fondo sería feliz con tan poca cosa...

4.- Grito cada vez que veo una rata o una cucaracha y, como las heroínas de las películas antiguas, me tuerzo el tobillo con muchísima facilidad. Otra cosa que no pega nada con mi imagen y que me da muchísima rabia.

5.- Me paso el día tarareando canciones antiguas, de las que tengo un amplio repertorio. Tangos, boleros, baladas de Adamo o Rita Pavone… Hasta cuplés. Y además, los vivo.

En cuanto a los agraciados (que espero que sigan la cadena, aunque no sé si me harán puñetero caso) son los siguientes:

Neus, (Un hombre de pago), mi mejor amiga nº 599. El niño de la estación (Fui un rudo ferroviario) a ver si así se decide a actualizar su blog de una vez. Mezkal (Sumidero Mental) y Sfer (Librosfera), cuyos blogs sigo desde que los conocí en una reunión de blogueros. Y por último, Patricia Suarez (Discreto encanto), a la que no conozco personalmente pero que publica un blog maravilloso.

Bien, creo que ya está. Ya he cumplido con el meme. Y para terminar y veáis lo que suelo canturrear mientras escribo, os dejo este bonito vídeo:

viernes, 7 de septiembre de 2007

¡HAY QUE PONERSE LAS PILAS...!



El primavera es el símbolo del renacimiento por antonomasia y el otoño, con sus hojas secas alfombrando la calle bajo los pies de los románticos impenitentes, el del declinar de la vida. Eso, en literatura. Porque en la vida real cuando llega septiembre todo empieza de nuevo. No solo el tan manido curso escolar o las colecciones de fascículos, los proyectos de ir al gimnasio o la aborrecida jornada laboral.

Tras la travesía del desértico verano, una muchedumbre de bronceados vampiros surge de sus refugios de la playa o la montaña y empieza a demandar a gritos su alimento habitual: “Mándanos artículos…”, “Actualiza el blog…”, “¿Para cuando la presentación de esa sección que llevamos a medias…?”

Una, que tiene un síndrome post-vacacional perpetuo, se encuentra de pronto con toda la faena atrasada y sin saber qué hacer. De modo que, para calmar un poco vuestras ansias hasta que me organice, voy a hacer algo que hace tiempo quería hacer: presentaros mis (hasta la fecha) enlaces recomendados:

Primero, el fotolog de Roberto Valdés-Bango, autor de los cuadros que adornan la columna de la derecha y que más de uno ha admirado. Allí expone muchos más, todos dignos de ver.

El cuchitril literario, un excelente blog temático en el que, desde hace más de tres años, jpalimp hace cada día y con gran acierto la reseña de un libro, además de facilitarnos noticias sobre el mundo internauta y literario.

El portal YoMujer.com (Tu revista), donde mi alter-ego tiene el placer de publicar sus artículos sobre todo en general y biografías en particular.

Mi más reciente adquisición, Grupobuho.es comunidad de escritores, el mayor portal literario en lengua hispana donde, además de hacer amigos, puedes publicar tus textos o crear tu propio blog.

Y si a la hora de hacerlo te surge alguna dificultad, no lo dudes: consulta el blog de Gemma. Te las resolverá de forma gratuita, además de permitirte el acceso a todos sus amigos blogueros

No me puedo olvidar de Un hombre de pago, donde Neus, mi mejor amiga nº 599 nos habla (entre otras muchas cosas) de sus andanzas editoriales ni, por supuesto, de las merecidamente galardonadas bitácoras personales de mis grandes amigos Kasi_siempre y Fran, (que no necesitan recomendación porque seguro que son conocidas de todos vosotros).

Ni me olvido tampoco de mi querido Niño de la estación (que se está pegando unas vacaciones de escándalo) ni de los profes de Portal del Escritor, que me siguen enseñando desde su propio blog.

Y, sobre todo, no dejéis de mirar y admirar el más breve y más tierno de todos: Los reinos ogros

sábado, 1 de septiembre de 2007

NOCHE DE AGOSTO

Empezaba a caer la noche, así que encendí la luz de la cocina y eché un vistazo a Manolo, cómodamente repantigado en el sofá, antes de cerrar la puerta. Luego, me puse a fregar los platos de la cena moviéndome al ritmo de la salsa que sonaba en la radio. Era la única forma de acallar la ansiedad que me provocaba la voz ondulante y machacona del locutor que retransmitía el partido.

No sé porqué, levanté la vista de la espuma que rodeaba el desagüe y miré por la ventana. Entonces cuando vi su delgada figura, de pie en el círculo de luz de la farola, espiando mi contoneo. Por unos segundos, quedé prendida sin remedio en sus ojos soñadores pero, justo cuando él levantó su mano con el dedo índice extendido y me atrajo silenciosamente, recordé de pronto que debajo del delantal no llevaba más que el sujetador y las bragas y me retiré de un salto, sofocando un grito.

Recostada contra la encimera, intenté controlar los latidos de mi corazón. Bajé un poco el volumen de la radio para escuchar mejor y pude darme cuenta de que Manolo no se había enterado de nada al oír, mezclados con los del locutor, sus lamentos por una ocasión de gol perdida.

Con precaución, asomé la cabeza por la ventana: El ya no estaba. Antes de seguir fregando los platos, me puse una bata de estar por casa que tenía colgada detrás de la puerta de la cocina. Por si acaso. Pero no volví a verle. A pesar de que estuve todo el rato observando el paseo, buscándole con ojos inquietos.

Tarde o temprano, todo llega y también llegó el momento de sacar la basura. Me quedé mirando la bolsa cerrada con aprensión, pero al final decidí que era absurdo temer algo. Solo tenía que salir al patio. En la urbanización el camión no pasaba más que dos días a la semana y mientras tanto los containers tenían que estar encerrados. Cosas de la normativa pública.

De todas formas, antes de salir me aseguré de que no hubiera nadie por los alrededores, pero aún así no me sorprendí cuando oí su voz pastosa. Creo que, en el fondo, me hubiera sentido decepcionada si no lo hubiera encontrado allí.

-¡Hola! - susurró desde los matorrales del otro lado de la verja, apenas a un metro de mí.

Me volví hacia él y le sostuve la mirada-: ¡Hola! -respondí, desafiante, en un tono más bajo del que me hubiera creído capaz- ¿Qué quieres?

-¡Solo mirarte…! – contestó, avanzando hasta apoyarse con descuido en los mismos barrotes que nos separaban- ¡Me gusta tu boca ancha y jugosa! ¡Y tus pechos son como cántaros de leche...!

Como en mis días de colegiala, trate de disimular con una risita tonta el fuego que se despertaba en mi cuerpo al paso de su mirada.

- ¡Gracias! – contesté, fingiendo desenvoltura. Luego añadí con infantil perversión - ¡Tú tampoco estás nada mal…!

Él no entró al trapo de mi estúpido coqueteo y siguió mirándome fijamente con aquellos ojos como brasas-: ¡Enséñame las tetas! –suplicó bruscamente...

Yo no esperaba tanta pasión. Sobresaltada, empecé a recular hacía la escalera que subía al apartamento-: ¿Pero que dices? – contesté azarada, pero sin que la sonrisa se borrara de mi boca.

- ¡Vamos! ¡Hazlo! –dijo él, con aquella voz grave que me volvía loca- ¡Quítate el sujetador!

-¡Estás zumbao…! –respondí y dando media vuelta eché a correr hasta llegar a las escaleras. Pero, al llegar al rellano me volví, arrepentida. Él aún estaba apoyado en la verja, mirándome fijamente. Sus ojos me decían que era mala. No podía dejarle así…

Lentamente, baje los tirantes de la bata y dejé deslizar la fina tela hasta mi cintura, mientras él, de un salto, trepaba por los travesaños de la verja para ver mejor. Sin quitar mis ojos de los suyos, solté los corchetes de la espalda y adelanté los brazos, inclinándome al mismo tiempo sobre la baranda hasta que el sujetador se deslizó hasta mis manos.

- ¡Ummmm! ¡Quítate más! –ordenó él. La sangre me latía en las sienes con un ritmo trepidante, pero de pronto me di cuenta de que sus pies buscaban apoyo para saltar la verja y el pánico se apoderó de mí.

- ¡Ni hablar! –exclamé aterrada y entré de un salto en casa, cerrando rápidamente la puerta con el cerrojo.

Con la ropa abrazada contra mi pecho jadeante, me recosté contra las baldosas frías de la cocina. De la sala seguía saliendo la voz machacona del locutor y en la radio sonaba una preciosa canción de amor…


miércoles, 29 de agosto de 2007

EL CASO DEL VIRUS CABRÓN

¡Bueno, aquí estoy de nuevo! Aunque esta vez, hubo un momento en que creía que no iba a volver más. Yo que siempre me he preciado de no desfallecer jamás. De levantarme y seguir adelante por dura que fuera la caída. Pero ya lo dicen, “dime de qué presumes y de diré de qué careces…”

Y eso que la cosa, en un principio, no parecía para tanto… La cabeza un poco cebollona por la tarde. Nada que no se pasará con una simple cápsula de Ibuprofeno, pero que pronto me hizo comprender que estaba incubando un catarro. Nada importante, pensé, y decidí pasarme al paracetamol que va mejor para estos casos.

“Los resfriados de verano son los peores…” dice la voz popular, pero yo, alegremente, creía que se me pasaría con unos simples sobres de éstos que venden en la farmacia. Si apenas tenía unas décimas… Pero fue peor el remedio de la enfermedad.

Al cuarto día de tomarlos, seguía con unos escalofríos y un cansancio que no eran normales. Cuando me puse el termómetro, convencida de que esa vez sí que tenía una fiebre de cojones, me encontré con todo lo contrario: Estaba a 35º. ¡Hipotermia!

“Eso han sido los sobres -, pensé yo, que para todo tengo que buscar una explicación científica- Como apenas tengo fiebre, me ha hecho bajar la temperatura”. Así que dejé de tomarlos inmediatamente y aguanté a pelo los días que siguieron, aunque seguía con el mismo catarrazo y con un cansancio que me hacía dormir como 12 o 14 horas diarias…

Pero lo peor de todo era que no conseguía calentarme. Todo lo más, llegaba a 35º y medio. Fue entonces cuando creí que nunca más volvería a estar con vosotros. Era incapaz de concentrarme diez minutos seguidos, así que ni pensar en escribir un post. Ni ninguna otra cosa. Entre otras razones, porque no entendía nada:

¿Qué hacía yo envuelta en una manta en pleno agosto? ¿Cómo podía ser que estuviera helada –a 35º, repito- y aún así sudara a chorros? Si había ya dejado los sobres de paracetamol y me pasaba el día tomando caldo caliente, ¿por qué no entraba en calor? Al final, acojonada ya, hice lo que hubiera debido hacer desde un buen principio: Llamé al médico.

El buen señor no es que hiciera mucho por mí (no estaba en su mano) pero al menos despejó mis dudas: Resulta que recientemente la ciencia médica ha detectado una cepa de virus de la gripe que ataca al centro termorregulador corporal y que en vez de fiebre, produce hipotermia. De modo que no es que yo sea de mala calidad, sino que he sido elegida como modelo para la presentación del new look para virus de esta temporada 2007-08. Un honor que hubiera declinado con gusto, pero que no he tenido más remedio que aceptar.

En fin, ya pasó. Perdonadme, queridos niños, que os haya dado un parte médico tan extenso, pero tal como me han ido las cosas esta pasada quincena no tengo muchas otras cosas que contar. De todas formas, para que se os quite el mal sabor de boca, os voy a poner un vídeo muy bueno, que he encontrado por casualidad.

!Escuchadlo con atención¡


miércoles, 15 de agosto de 2007

DELIRIO



La amante de un viejo amigo se llama Genara. Él tiene los ojos turbios y los dedos como mazas; por eso, a veces sus cartas de amor llegan a mi buzón, perdido en su agenda desde tiempos más felices. Reconozco su estilo rústico-galante y lleno de faltas de ortografía y sé de sobra que es Genara quién despierta su ternura camuflada de dureza. Sin embargo, no puedo evitar que mi aliento se corte cada vez que veo parpadear la luz verde de mi móvil.

Desde hace un tiempo, mi vida transcurre tan monótona y solitaria como la de míster Quinn, el escritor vestido con la piel del detective Paul Auster. Yo también oculto mi corazón, aunque por otras razones, y siempre he sido seca con los extraños. Por eso, no es raro que haya entrado en el juego de seguir el rastro de Genara, quizá esperando encontrarme a mí misma detrás de ese nombre. Un juego algo extraño, diréis. Pero así son los juegos de los excéntricos.

Sin embargo, últimamente tengo la sensación de que otro yo maneja mi cuerpo y me sorprendo entrando en el sueño de algún loco para remover la inmundicia, mientras mi voluntad, atada de pies y manos, grita inútilmente “No lo hagas”. No sé si soy el señor Azul o el señor Blanco, pero creo que, igual que ellos se espiaban mutuamente, escribiendo con la observación de su gemelo la crónica de una Nueva York antigua y fría, Genara y yo no somos más que un espejo y su reflejo. Y ya no sé si estoy dentro o fuera.

¿Cuándo y cómo terminará esto?

jueves, 9 de agosto de 2007

AMARGA LIBERTAD



Las llamadas “marcas de expresión”, esos surcos profundos alrededor la boca que aparecen con el paso del tiempo, no son más que el reflejo de la emoción profunda que domina nuestro espíritu durante la mayor parte de nuestra vida. La que se asoma a nuestra cara cuando estamos a solas con nosotros mismos.

Nuestro rostro, a los veinte años, es como una pizarra en la que dibujamos fácilmente el llanto o la sonrisa que nos pida el momento, para borrarla con la misma facilidad cuando creemos que nadie nos observa.

Al llegar a la vejez, sin embargo, está grabado con el dolor de toda una vida, la felicidad del conformismo, la serenidad del que sabe lo que le espera o la amargura de quién nunca ha podido escapar de la esclavitud en que nació…

miércoles, 1 de agosto de 2007

HAY QUE VER COMO ERES




Isabel Coixet dedica su columna en el dominical de “El Periódico” a la bicicleta islámica (una especie de caja adosada a una bicicleta normal que oculta el movimiento de las piernas al pedalear), un artilugio aprobado recientemente por las autoridades iraníes con el fin de permitir que las mujeres puedan llevar una bicicleta.

Reflexiona Coixet sobre la sensibilidad erótica de los hombres iraníes ya que el invento, como la burka o la moderna moda de baño musulmana, está pensado para no levantar las pasiones de los extraños, algo que, según el pensamiento ortodoxo musulmán deben evitar las mujeres a toda costa para no inducir a la corrupción.

Dejando de lado la anécdota, que a priori puede parecer hasta cómica a los ojos occidentales, la noción de que la mujer es responsable de los deseos que suscita no es tan ajena a nuestra cultura. Todavía hay quien piensa que las verdaderas causantes de las violaciones son las mujeres que las padecen, que osan salir a la calle con ropa provocativa o a horas inconvenientes a sabiendas de que los hombres “son como son”, y la agresión sexual es considerada por muchos (y muchas) como el merecido castigo por incumplir las normas marcadas por la moral tradicional.

Aunque parece que esta mentalidad está cambiando (tal como reflejan las recientes reformas legislativas) lo cierto es que sigue incrustada en el pensamiento de muchos hombres que, a pesar de considerarse ultramodernos y hasta revolucionarios, en el fondo siguen considerando que las mujeres nos vestimos, hablamos, actuamos y, en suma, existimos, nada más que para gustarles a ellos.

Me refiero concretamente al reproche que a todas nos han hecho más de una vez: ”¿Por qué eres así?”, te dice con voz torturada el pretendiente de turno, refiriéndose a algún rasgo inherente a tu persona (como tener el pelo rubio y los ojos azules) o a la realización de algún acto de lo más cotidiano e inocuo (pasar delante de una obra para ir a buscar el pan, por ejemplo).

Os contaré una historia para ilustrar lo que digo: Tuve un novio en el Instituto que me cortejaba diciéndome que mi amiga Manoli estaba mucho más buena que yo, y además era mucho más simpática. Después de una semana de relaciones formales rompí el compromiso gritándole “!Pues sal con la Manoli!” Los dos éramos de la misma pandilla, así que al domingo siguiente fuimos todos al cine, como cada semana. Al volver a casa, cogimos el autobús y el tío, no contento con pasarse la tarde con cara de cordero degollado y dándole la vara a su mejor amigo porque yo no le hacía puñetero caso, me reprochó amargamente: “¿Es que no puedes coger otro autobús?”

De nada sirvió explicarle que aquél era el que llevaba hasta mi casa y que tenía que llegar allí antes de las 8 de la tarde (hora de retirada marcada por mis padres) ni que, después de todo, el otro autobús también podía haberlo cogido él. Su lógica masculina le indicaba que aquel autobús era el suyo y que yo me había subido a él nada más que para hacerle rabiar con mi presencia. Con un razonamiento propio de cualquier iraní fetichista del pedal, yo era una mala mujer, pérfida y cruel, simplemente por coger el autobús.

domingo, 22 de julio de 2007

SECUESTRO

ESTA ES LA PORTADA DEL ESCÁNDALO



Escándalo incomprensible, por otra parte, ya que, según Guillermo, el dibujante de la portada, la caricatura reproduce a la pareja de actores Tom Cruise y Katie Holmes -lo que se puede apreciar claramente si te fijas bien-, y no a quien «todo el mundo piensa que son».


miércoles, 11 de julio de 2007

TRES ES MULTITUD



Nada había sido lo mismo entre los dos desde que Él había llegado. Hasta entonces habían sido felices. Ahora se daba cuenta.

Antes ni siquiera lo había pensado. Nunca, en los siete años que llevaban juntos, se había detenido a reflexionar. Desde que la conoció en aquella discoteca se había limitado a aceptar su adoración como algo natural.

Normal. Ella era tan dulce y dócil que la mayoría de los tíos la encontraban una sosa. Pero a él le gustaba. “Te acompaño a casa”, dijo él cuando se cansó de bailar, aunque aún era temprano. “Bueno”, contestó ella obediente. Desde ese día, nunca le negó nada. Él siguió haciendo su vida, a su aire, incluyendo los paseos con ella en su agenda como parte de su papel de novio.

“Estoy harto de tener que follar en el coche –dijo él un día- ¿Porqué no nos casamos de una vez?” “Bueno” dijo ella asintiendo con una risita tímida, como hacía siempre. Normal. Al fin y al cabo, todas sus amigas lo habían hecho ya o estaban a punto de hacerlo. Y ellos ya llevaban cinco años de relaciones.

No se arrepintió: Los primeros tiempos de su vida matrimonial fueron como una luna de miel perfecta. Al llegar del trabajo, siempre encontraba la casa limpia y una cerveza en la nevera. Y ella estaba ya arreglada, lista para hacer lo que él quisiera. Y así podría haber seguido para siempre, si no hubiera aparecido Él.

Nunca se lo hubiera imaginado. Al contrario. Rió para sí mismo al recordar lo contento que se había puesto cuando ella le dijo que estaba embarazada. Normal. Hubiera sido extraño que un hombre como él no tuviera hijos. Pero pronto empezaron los incordios.

Que si mareos matutinos, que si visitas al ginecólogo, que si acompañarla a pasear. Además, hasta su madre, que siempre la había tratado con frialdad (su padre y él se descojonaban viéndolas preparar la cena, la nuera sudorosa y arrebolada tratando de hacer una tortilla bajo la estricta supervisión de la suegra), se alió con ella y entre las dos le obligaron a pintar el cuarto pequeño de azul celeste. “Es por su estado hombre, tienes que tener paciencia”, le decía todo el mundo.

Pero después fue peor. Meses y meses sin echar un mísero quiqui. Y además, los biberones, los pañales, los juguetitos por todas partes. No había forma de comer a la hora y su propia ropa se amontonaba encima de las sillas, sin que a ella pareciera importarle en lo más mínimo el olor a leche agria que flotaba por toda la casa. Solo se preocupaba de su bebé.

Y para colmo, aquel llanto incesante noche y día. Sobre todo, de noche. Era para volverse loco. La única forma de estar un poco tranquilo era quedarse en el bar a jugar una partida con los amigos. Pero, por primera vez, ella protestó. De pronto, empezó a quejarse de que no la ayudaba en nada. Se puso tan pesada que no tuvo más remedio que sentarle la mano. Después se había largado. No le gustaban esas broncas. De eso hacía ya tres días y no había vuelto a casa hasta hoy.

La echaba de menos. Aunque se había hartado de follar en el puticlub, no era lo mismo. Además, que a él no le gustaba esa vida. Le gustaba levantarse por la mañana en su cama, tener el desayuno a punto y la ropa bien planchada. Lo normal. Por eso había vuelto.

Ella no se había atrevido a abrir el pico, aunque se notaba que la muy estúpida seguía enfadada. Suerte que venía tranquilo, que si no la hubiera hinchado a hostias. Pero prefería arreglar las cosas por las buenas. Al menos, ella parecía haber aprendido algo. Por lo menos había hecho la cena a su hora.

Pero después, por más que él la había llamado, no había querido venir a acostarse en la cama, con él. Había puesto unas sábanas en el sofá y solo había entrado en la habitación para coger el cuco donde el sonrosado monstruíto dormía con su chupete antihipo azul celeste. “!Déjalo ahí!”, ordenó él con voz tajante. Ya lo había decidido. Luego, para no liarla antes de tiempo, la convenció poniendo una voz rara, suave: “¿No querías que te ayudara? Pues ya te avisare yo cuando se despierte para el biberón. A ver si así duermes un poco y te tranquilizas”

Ella puso unos ojos como platos y abrió la boca para decir algo, pero al encontrarse sus ojos se lo pensó mejor y se largó al sofá, sin rechistar. Él se dio media vuelta en la cama y se pudo a observar al bebé que dormía plácidamente. Él tenía la culpa de todo.

En silencio, esperó a oír la respiración suave de su mujer antes de sacar la navaja del bolsillo. Aquel pequeño hijo de puta no volvería a llorar más.

martes, 3 de julio de 2007

EL VERANO YA LLEGÓ

Por fin ha vuelto el ADSL. Y con él, el calor. Y aún llegará más, dicen. Los vientos saharianos, que saltan el estrecho sin necesidad de patera.

En fin, es lo propio. Así es esta estación, que esperamos todo el año prometiéndonos hacer que sé yo cuantas cosas. Pero al final, se nos pasa el día sin sentir.

Hay que aprovechar la mañana para dar esa manita de pintura que el comedor pide a gritos. Por la tarde, la solanera aplastante no nos deja hacer más que echarnos largas siestas, plagadas de sueños extraños. Y las noches son tan hermosas que sería un pecado encerrarse en casa.

Con este tiempo, el único capaz de inspirarse es el ínclito Georgie Dann. Y los únicos versos capaces de emocionarnos, los que acompañan las melodías pegajosas del Kasaschov, del Chiringuito o de la Barbacue.

Por suerte o por desgracia, el Rey del Verano ha desaparecido en la nebulosa del tiempo. Pero como la vida siempre se renueva y el espectáculo debe continuar, no ha de faltarnos un joven Arturo que intente sacar la espada de la piedra y regalarnos los oídos con una nueva canción del verano:

sábado, 23 de junio de 2007

NOCHE DE SAN JUAN

Bueno chicos, os explico:

No es que me esté de vacaciones ni de que haya decidido ingresar en un convento. Lamentablemente, me he quedado sin línea ADSL en casa unos días.

Pero no podía dejar pasar una noche como ésta sin celebrarlo, así que os dejo en buena compañía:


!QUE PASÉIS UNA BUENA VERBENA!

jueves, 14 de junio de 2007

SON TODAS UNAS PUTAS


Paquito Melenas, el capricho de las nenas, guiaba a su nueva conquista por el sendero. Era demasiado tetuda para su gusto, pero sólo por ver la cara que pondría Carmelo merecía la pena echarle un polvo. Además, había sido tan fácil. Era del tipo animalillo. Solo había que dejar que se confiaran y ellas mismas se acercaban, curiosas. Entonces, bastaba con hablarles con dulzura y ya eran tuyas. Estaban deseando que alguien las abrazase. Y ésta estaba muy buena, ¿para qué negarlo?

La chica, cogida a la mano firme de Paquito, se sentía un cisne. A pesar de todo lo que dijesen sabía bien que era la más fea de la pandilla. Pero eso a Paquito no le había importado. Daba igual lo que dijeran de él: bastaba con su limpia mirada y la forma en que hablaba de sus sentimientos para darse cuenta de que era alguien especial. Por eso lo criticaban tanto, las muy envidiosas. Pero, en el fondo, todas estaban locas por él. Nunca creyó que fuera a fijarse en alguien como ella.

Carmelo se aseguró de que hubiera suficientes cervezas, aunque en el fondo daba igual: tenía una botella de whisky entera. El Melenas era un artista. Al final, había conseguido levantarse a la del culillo respingón. Lo único que le molestaba del arreglo era que no le gustaba tener a un tipo mirando cuando estaba con los pantalones bajados. Pero era inevitable. Tampoco era cosa de ponerse a pegarle dos hostias a la tía. Paquito en cambio no tenía ningún problema. Según él, eso era lo que más les gustaba.

Y debía de ser verdad. Porque ninguna había dicho nada. ¿Para qué? Si la culpa era de ellas. ¿Por qué se fijaban siempre en Paquito Melenas?

domingo, 10 de junio de 2007

UN PALACIO DE CRISTAL


La princesita metió rápidamente cuatro cosas en la bolsa que llevaba en bandolera y se puso una capa. El príncipe azul acababa de entrar por la ventana y la esperaba espiando por la rendija de la puerta entornada.

Después, los dos escaparon furtivamente por la escalera de piedra. A pesar de todo, el enorme dragón que estaba enroscado en el patio los vio. Noblemente, el príncipe desenvainó su espada y la protegió mientras ella, recogiendo con las manos su larga falda, corría hasta sitio seguro.

Escondida entre los matorrales a los pies del castillo, escuchó aterrada los golpes y bramidos de la titánica lucha. De pronto, después de una eternidad, el príncipe, ahora rojo por la sangre, salió por el ancho portón y se acercó despacio hasta desplomarse a sus pies.

Conmovida, lo ayudó a montar en el blanco corcel que acudió al silbido de su amo y los dos cabalgaron juntos hasta el palacio de cristal. Allí, curó sus heridas con el ungüento mágico. Enseguida, él se puso mejor. Entonces, ella se puso su vestido de oro y, cogida de su brazo, le permitió enseñarle hasta el último rincón del palacio.

Era precioso, con sus torres puntiagudas y enormes salones. Pero, lo que más le gustó fueron sus paredes de cristal. Por ellas se podía ver el valle alrededor, lleno de casitas, de cultivos y de gente. Cuando llegaron al gran vestíbulo, el príncipe, sonriendo, se paró ante las puertas del palacio y las abrió con un gesto de su mano.

La princesita nunca antes había olido la brisa. Mientras caminaban por los senderos de los alrededores, el príncipe le fue diciendo el nombre de cada cosa, planta, animal o persona. Al anochecer, volvieron al palacio que había de ser su hogar sin haberse soltado la mano ni un momento. Y allí fueron felices y comieron perdices.

Un día, la princesita quiso salir ella sola. Se le había roto una púa de su peine de marfil y necesitaba que se la arreglaran. El príncipe estaba ocupado en esas cosas en la que se ocupan los príncipes y ella no vio la necesidad de molestarlo. Al fin y al cabo, ella ya conocía cada cosa, planta, animal o persona del valle. Sin embargo, por más que imitó el gesto del príncipe azul, las puertas del palacio de cristal no se abrieron.

Algo irritada, fue en busca de su marido. El, riendo, le explicó que solo sus manos podían abrirlas.

-Pues ábrelas, por favor -pidió la princesita, educadamente.

-No hay prisa -contestó él, sonriente- Ya lo arreglaremos esa tarde, cuando salgamos a dar un paseo. Ahora estoy ocupado.

Pese a su buen humor, se negó obstinadamente a que la princesita saliera sola. Aunque nunca se lo había contado, no estaba seguro de que el dragón hubiera muerto y lo mismo acechaba por ahí. No quería perderla.

La princesita se conformó. En el fondo, le gustaba salir con él. Pero, al cabo de un tiempo, se le perdió un botón dorado. Así no podía salir al paseo. Tenía que comprar otro. Fue directamente en busca del príncipe pero no hubo forma de hacerle entender la urgencia del caso. Estaba muy ocupado con sus asuntos y apenas le hizo caso. “Sí, mujer, ya iremos esta tarde”, decía. De modo que ella tuvo que arreglárselas para cambiar de sitio otro botón y disimular el que faltaba con un pañuelo estratégicamente colocado a modo de cinturón. Quedó bastante aparente, pero estaba segura de que más de una se había dado cuenta. Y más después de verla entrar en la mercería.

Así no podían seguir. La princesita sacó su espejo mágico y buscó por toda la comarca, en busca del dragón. Quería poder decirle a su marido que el dragón estaba muerto y bien muerto. Era la única forma de que la dejara salir de una vez. Pero no. Estaba vivo, y se había refugiado en una cueva, hacia el norte, no demasiado lejos de allí.

No tuvo ocasión de contárselo a su marido hasta esa tarde, durante su cotidiano paseo. También le comentó lo que había tenido tiempo de sobra para pensar: ¿No encontraba extraño que el señor del lugar no estuviera enterado de la presencia de un dragón en sus tierras? Bien se debía comer unas cuantas ovejas al día.

Estaban muy cerca de la cueva. Ella, fingiendo los caprichos que él estaba dispuesto a darle para compensar la negativa de la mañana, lo había hecho llevarla hasta allí. Él, al darse cuenta de su astucia, se ofendió y avanzó hacia la guarida del dragón con paso decidido, dispuesto a demostrar que efectivamente él era el príncipe azul que ella siempre soñó.

La princesita lo siguió con el corazón en un puño. Quizá su desconfianza la había perdido. A veces, el dragón ganaba. Pero no había porqué preocuparse. Aunque su marido se plantó delante mismo de su cara, con las piernas abiertas y los brazos en jarras, el dragón no tuvo ojos más que para su princesita:

-Tienes buen aspecto –bramó, después de observarla en silencio largo rato- Parece que este tipo te cuida bien.

El príncipe se volvió hacia ella con toda la ilusión del mundo reflejada en su rostro y susurró- Vaya, parece que empieza a aceptarme.

-Solo quería verte otra vez antes de morir –continuó el dragón, lastimeramente-Después de la última lucha que tuve, por tu culpa, no he vuelto a ser el mismo. De pronto, me he dado cuenta de que ya tengo más de tres mil años.

-¡Si al final va a ser un abuelo encantador! –dijo el príncipe con sonrisa bobalicona, mientras la princesita notaba un escalofrío que subía desde sus pies.

miércoles, 6 de junio de 2007

PATERAS




Hola Soy CB de nigeria, soy 32yrs. I. un sincer y joven de jentle trabajador. Quiero tener un muy bueno amigo de confianza a quien i puede tener para siempre como amigo. Vi fotografías de ur aquí, y caí enamorado de él(ella/eso) ur que tal mujer hermosa y simpática y estupenda y ur el tipo de mujeres que a i le gustará tener muy cerca de mí. Sí, los amigos están como estrellas; algunos son lejos y los otros están por aquí, pero i sólo necesita uno favorito como u. U puede contactarme más rápido para la charla a través de ……o llamar a mí ….. para una relación seria. Cariño i la falta desde la que u de saber que nadie sabe dónde vendrán su amigo verdadero y de confianza y marido pero u sólo tiene que dar un juicio a la vida si u creerá en mí u sabrá i ser uno que es para u sinceramente de mi corazón y el whole verdad en mí (CB)

Muchas gracias por tu bonita carta, pero no sé hablar inglés. Solo tengo un traductor automático, pero es de una promoción y no sé cuanto va a durar. Creo que sin poder entendernos va a ser muy difícil una amistad. Gracias por fijarte en mí (M)

Encanto agradecimiento bien pero i como u somuch y testamento quieren ser urs i para siempre saben que llevará poco tiempo de comprender u como dont speak de u en que mucho u de pozo de english puede estar usando tralator para leer mis masages a ur de u una mujer de wondersfull a quien i como miel de u e i quieren gastar mi vida con i de u sabe que sólo tenemos que saber que a sí i le will gustar continuar aquí con sí bien. (CB)

Gracias CB. Pero yo estoy casada ya y tengo 2 hijos y 47 años. Si quieres, podemos ser amigos en el espacio y cambiarnos comentarios de esos graciosos. Enviame una invitación y la aceptaré. Pero comprende que no podemos ir a más. Te repito que muchas gracias. (M)

Bien su OK debido a que no podemos irnos demasiado más bien podemos olvidar it all. (CB)

OK, CB. Espero verte por el espacio (M)

I crea en u como mí (CB)

¿Qué dices, CB? No sé que es lo que crees. La frase traducida no se entiende bien. Saludos (M)

Realy de i de miel de ook quiere gastar mi vida con u excepto english de dont speak de u muy bien pero incluso como evry de english de dont speak de u bien podemos todavía ser juntos becos aprenderá la lengua de años demasiado asi que seremos happy que con sí i como u asigna la falta a i para ser muy serios con u cuando i venga a spain i.
I quiera casarse con u. cariño i quiera venir a spain para conocer u asi que nosotros poder ver cara a cara y hable y sea con sí. (CB)



CB, te repito que ya estoy casada. Además, venir a España es muy peligroso. Mucha gente muere al atravesar el mar. Y en España la vida es muy dura para los africanos. Mejor lo olvidamos todo, ¿vale? (M)


Gracias miel para el amor

Bien encanto agradecimiento pero u ve i solamente necesitar suport de ur si realy de u como mí a quien miel becos si i viene a u de spain disfrutar a mí becos i será viniendo con un poco de dinero de hacer la empresa y volver para nigeria i estar no venir a spain a surfer todo que i need, si u realy de la misma manera que mí, es para u mandarme carta de invitación con el propósito de que i entrando en nigeria a embajada de spanish aquí para ellos darme la visa de venir.

Si i come i estar no venir para colgar arround como otro nigeria de becos de africans es un muy buen lugar de quedarse y hacer la empresa en que todo del que i requería ser venir a spain y comprar algunos artículos como partes de motor y paños para vender aquí en falta de i de becos de nigeria para abrir una boutique internacional aquí en nigeria y una tienda de partes de motor aquí en nigeria.Quiero ser ur buen amigo i ser una persona muy simple y i generosa son la calma y jentle i son trabajadoras también.

I dont deber a penetrar el mar i deber a penetrar el aire becos i will ser se ocurrir con dinero a se quedar en casa se quedar en casa hotel hasta i final se comprar wat i deber a se comprar y se recuperar a nigeria si u también deber a llegar conmigo a nigeria a se quedar durante un tiempo y luego u devolver la pelota devolver la pelota back to spain ur libre i will cuidar de u aquí en nigeria, nigeria ser uno válido lugar relacionado negocio ser dinero aquí en nigeria i deber a ser uno multi - millón dólar negocio hombre aquí en nigeria entrar internetionaly

Por eso i quiere que u me ayude cuando amigo de ur i descubrió que éramos quiso decir que ser buenos amigos i creen que a u como mí y a falta realy de ser mi amigo demasiado le complace u de falta de i alspo ayudarme i cree que las cosas no serán firmes para mí i ser un hombre diferente totalmente.

A i realy como u y a voluntad les gusta ser amigo ur de familia de ur que una mujer estupenda tan encantadora y ur ur estupendo simpático y romántico hermoso a quienes un ángel agradece por esperanza de i de miel de amor de ur de tener noticias de u otra vez possitively adora de CB de nigeria. (CB)


Lo siento, CB. Se me han acabado los días de prueba del traductor automático. No he entendido nada de lo que has dicho.

Que tengas mucha suerte. (M)

viernes, 1 de junio de 2007

EL BANCO


La mujer sentada en el banco pensaba que a falta de pistola lo mejor era el metro. Nadie sobrevivía al inevitable atropello. El vagabundo, que aún conservaba un resto de su antigua elegancia, se sentó a su lado y se sacó un cigarrillo algo sobado del bolsillo delantero de la camisa.

Mientras lo encendía ceremoniosamente la miró de reojo. Ella seguía imperturbable. Pensó en colocarle un poema y hasta sacó la carpeta de la bolsa que llevaba al hombro. Pero no acaba de gustarle la idea. Cuanto más se fijaba en el escorzo de su perfil, más rabia le daba no poder llevarla a cenar.

-¡Un ducados! ¡Como a mí me gustan! –dijo al cabo de un momento, con masculina desenvoltura- Pero es difícil que te los den. A los chavales de hoy en día no les saques del rubio…

Ella volvió su mirada hacía él y el hombre pudo ver las finas patas de gallo que surcaban sus ojos hinchados por un llanto reciente.

-La juventud siempre está corrompida. Por eso nunca sabremos a donde vamos a ir a parar –dijo en tono pausado.

Con los ojos de nuevo en el infinito, ella decidió que el metro era demasiado desagradable. El cadáver quedaba fragmentado, sanguinolento y desnudo. Y a saber a donde iría a parar el bolso. Quizás el gas…

-Veo que eres una persona inteligente –continuó él, cuando se recuperó de la sorpresa. “Después dicen de mí”, pensó. Pero le había intrigado: la historia prometía-. Te voy a regalar uno de mis poemas. A ver que te parece.

-¡Gracias! Lo leeré luego –contestó la mujer. Cogió el papel que él le ofrecía y lo dobló en cuatro, antes de meterlo en el bolso. Luego se levantó, alisándose la falda y le dirigió una sonrisa triste, antes de despedirse:

-Ahora no puedo. Es la hora de mi cita. Buenas tardes.

El vagabundo se la quedó mirando mientras echaba a andar rápidamente hasta perderse por la primera bocacalle. ”Joder. Es que no la dejan a una ni suicidarse en paz”, iba pensando ella mientras caminaba.

domingo, 27 de mayo de 2007

SOPA DE PESCADO



Cogí la cesta sin saber si podría llevarla cuando estuviera llena. Después, sin dar explicaciones, decidí coger el pan luego, a la salida. Así no había peligro de que se aplastara con las otras cosas.

Pasee despacio por la sección de embutidos envasados, mirando el surtido. Desde hace días, intento comer cosas sin grasa así que examiné cada etiqueta en busca de algún embutido alternativo. Casi no recordaba cuales eran los más magros.

En la pescadería, tuve suerte. La única clienta que había delante de mí parecía estar pensando en una parrillada para seis personas, por lo que me dio tiempo de sobras para darme cuenta de lo barato que estaba el rape.

El cartelito con el precio pareció desatar en mi cabeza un mecanismo oxidado. Me fijé en sus ojos brillantes y en su lengua roja y saltona. Al darme cuenta de que estaba fresco, casi se me empañaron los ojos de orgullo.

Esas eran las señales que mi madre me enseñó a reconocer cuando la acompañaba a la pescadería, siendo aún muy niña.

Para cuando me vino la regla, ya iba a comprar yo sola. Aún no el pescado, claro. Pero mientras mi madre se ponía a la cola, yo me recorría todo el mercado: carnicería, dos o tres fruterías, pollería, tocinería, huevería, despojos y hasta droguería. Llegaba para recogerla justo cuando ella iba a elegir y así me daba tiempo a verla discutir con la pescadera sobre las escamas y hacerla enseñarle las agallas.

Apenas compré dos o tres cosas más. Pero recorrí todo el supermercado, para trazarme el mapa mental y fijar la ruta a seguir. Me gusta hacer una ruta. Así estas segura de haber echado un vistazo a todas las secciones y a todas las gangas. A veces, ver un artículo te hace recordar que se está acabando, o que quizás podrías probarlo para limpiar aquello que no hay manera.

Sonreí, recordando el día que se lo expliqué. Era el primer día que me acompañaba a la compra. Entonces, yo estaba tan enamorada y él era tan galante. Me ayudaba a llevar el peso al volver a casa. Después, él empezó a interesarse por los vinos y los quesos. Gastábamos mucho, pero era tan divertido. Al regreso, organizábamos una fiestecita.

Las discusiones empezaron cuando él empezó a recoger los artículos. Cosas sin importancia, en esa época estábamos un poco nerviosos los dos. Pero él cada vez iba más deprisa, hasta que mi papel se limitaba a empujar el carro y leer la lista de la compra. Salvo que me emperrara en alguna oferta o algún producto nuevo, claro. Yo también tengo derecho a mis caprichitos, ¿no?

Luego ya, él hacía la lista de la compra. Él se las arreglaba para empujar el carro. Él aprovechaba las ofertas. Y él decidió que eso de seguir una ruta era una tontería. Por eso tuve que hacerlo.

domingo, 20 de mayo de 2007

BITÁCORAS Y LIBROS EN BARCELONA



Aquí tenéis a la famosa tertulia de blogueros del bar LLetraferit. Podéis tener más detalles de ella en la crónica que nos hace jpalimp en el Cuchitril Literario.

Por mí parte, solo puedo decir que lo pasé de puta madre el poco rato que estuve y que amenazo con repetir a la primera oportunidad.

viernes, 18 de mayo de 2007

UNA CARTA




Hoy me he vuelto a pasar. La furia ha vuelto a salir de mí. La furia que me pierde, que me convierte en mala. Que cava zanjas a mi alrededor, justo donde menos quisiera tenerlas.

La frustración. Sentir que la lucha de cada día no conduce a nada, no lleva a ninguna parte. Estás sumergida en un pantano, donde cada paso supone un inmenso esfuerzo para despegar el pie del mismo barro donde después volverás a caer de bruces.

La vergüenza de la decepción. Tener conciencia de que estás haciendo el más espantoso de los ridículos y sin embargo, seguir haciéndolo.

El enorme cansancio de la desesperanza. Llevar sobre los hombros un peso el doble que el tuyo, que te ancla cada vez más al panal de rica miel donde mueren las moscas.


El desconcierto de ser una extraña entre extraños. Sentirte de pronto pobre, sin nada que ofrecer más que tu viejo y gastado mundo, a los que te ofrecen una galaxia nueva y desconocida.

Hoy me he vuelto a pasar. Porque ya no puedo llevar ni siquiera una mochila ligera; porque estoy tan hundida y tan vacía; porque me siento tan gastada, que sin querer me convierto en decepcionante.

Lo siento. Sólo puedo pedirte que intentes comprenderme. Te quiero tanto. Nunca sabrás cuanto.

martes, 15 de mayo de 2007

EL BAÑO DE SUSANA



A partir del Renacimiento, el episodio bíblico de la mujer casta acusada falsamente de adúltera y lasciva por los mismos hombres respetables y vengativos a los que había rechazado por repugnantes, fue utilizado por los pintores para mostrar el placer erótico con el regusto de lo prohibido. A pesar de su notorio rechazo, la tentación del adulterio no parece extrañar mucho a la seductora Susana que parece estar indecisa. Incluso provocativa.

Por el contrario, la versión que pintó Artemisa Gentileschi (una artista del siglo XVII) muestra la perspectiva de una mujer desesperada. A los 16 años, Artemisa fue violada en el taller de su padre por Agostino Tassi, un hombre que gozaba de la total confianza de la familia. De resultas de la agresión, Artemisa cayó enferma.

No fue hasta el año siguiente que su padre denunció a Tassi por estupro y por el robo de unos cuadros. En el proceso, Artemisa fue torturada con un empulgador para verificar su testimonio y aún así, a Tassi sólo le cayo una ridícula pena, mientras que ella tuvo fama de licenciosa el resto de su vida.

En la obra de Gentileschi, el desnudo de Susana tiene más que ver con el realismo de Courbet que con el modelo de belleza veneciano de Tintoretto. Y su rostro es una mueca de asco y horror.

En cambio, para la mayoría de los pintores que han tratado el tema (desde entonces hasta ahora) esas emociones pasan desapercibidas. Susana casi siempre aparece hablando con sus verdugos o mientras se recrea en su belleza sin saber que es observada. A veces, incluso sonriendo.

¿No os parece curioso?

sábado, 5 de mayo de 2007

FLORES

La sorpresa que se llevaría cualquier mujer al recibir un ramito de violetas de origen desconocido. En la canción de Cecilia el que se las enviaba era el marido, incapaz de expresar su romanticismo.

Pero ella no lo sabía. Y sin decir nada, vive así de día en día con la ilusión de ser querida ¿por quién? Quizá por esa imagen de poeta que ella, con restos de ilusiones y palabras fugaces, ha tejido poco a poco en su corazón.

Dicen que a todos los poetas les deja la novia. Pero ellos tampoco hacen nada por reconquistarla. Quizá porque lo propio del amor caballeresco es llevar siempre los colores de la dama sin aspirar a estar nunca en su lecho. O quizás por miedo a que la cruda realidad entre en su mundo de rimas.

Por eso ella prefiere no preguntar. Es más feliz creyendo que hay alguien que tras la batalla piensa en ella o que recuerda las fechas señaladas. O simplemente, que en plena borrachera se deja llevar por la nostalgia y compara sus dientes con perlas y sus labios con rubíes, faltando descaradamente a la verdad.

Aunque el poeta lo haga a su pesar.

jueves, 3 de mayo de 2007

CAPERUCITA ROJA



Al verdadero héroe se le reconoce por el defecto trágico. Decía Aristóteles que esa tara, física o moral, era lo que lo convertía en humano. Solía ser la soberbia, la creencia de estar a la altura de los dioses, lo que lo conducía a la locura y la muerte.

Eso los héroes. Porque en las heroínas el defecto trágico suele ser la confianza. Esa fe en la bondad intrínseca de todo ser humano la lleva a desoír los consejos enredados en la cháchara cansina de las viejas.

Blancanieves muerde la manzana que le da una desconocida; la Bella Durmiente toca el huso de una rueca, aparato del que ni siquiera había oído hablar; la Caperucita roja responde educadamente a las preguntas del lobo, haciéndonos pensar que es tonta o quiere algo con él. Y encima, en vez de cumplir estrictamente las órdenes de la señorita Rottemmeier, se entretiene jugando sola por el bosque.

Claro que las heroínas de los cuentos normalmente preferidos por los niños son de otra pasta. En el Gato con Botas o el Sastrecillo Valiente las princesas solo aparecen para recompensar con su mano, su dote y una graciosa sonrisa de aquiescencia al galán que la ha obtenido en más o menos leal duelo.

Son perfectas. Sólo en eso se reconoce que son falsas heroínas. Carecen de defecto trágico. En cambio, mi querida Caperucita, con todos sus defectos, tiene todo un mundo alrededor, su vida está llena de emociones y su encanto transciende lo meramente contractual. Es la verdadera protagonista de su propia historia.

A mí también me gustaría serlo de la mía. Por eso asumo mi defecto trágico y sigo confiando. Eso, al menos, me aleja del miedo.

La Caperucita, igual que el lobo, no puede contrariar su propia esencia ni dejar de ser quién es.

martes, 1 de mayo de 2007

TODA UNA VIDA


Veinte años no es nada. Y volver atrás es imposible. No somos más que un vector en la dimensión del tiempo. Por eso, el futuro esta escrito en la línea de la vida, un tenue hilo de seda que atraviesa nuestra mano.

El amor es un grueso cordón hundido bajo nuestros dedos. Y nunca vemos los dardos que lo desgarran hasta que no estiramos la palma de la mano y soltamos aquello a lo que nos aferramos.

Nuestra mente, una grieta profunda, se extravía irremediablemente en su ruta entre vida y amor, sin llegar a alcanzar su destino.

Por suerte, el dios Mercurio, buscando a tientas su camino, tiende un puente entre las tres: Esa es nuestra única esperanza.

lunes, 23 de abril de 2007

VISIBILIDAD

-¡Fue horroroso! El tío se levantó y en mitad del banquete dijo que siempre había estado enamorado de mí. Y todo el mundo poniendo sonrisa boba como si pensaran ¡Qué bonito es el amor! –decía Vanesa todavía agitada- Hablaban de mí como si yo no estuviera delante. Cuando lo lógico, si realmente estuviera enamorado, es que hubiera hablado conmigo a solas. No ponerme en evidencia de esta manera…

Mientras escuchaba medio distraída el torrente de lamentaciones, Laura recordó, entre otras anécdotas, aquel día en el Centro de Rehabilitación. Sin venir a cuento y en mitad de una conversación generalizada, la mujer que estaba en la camilla de al lado (quizá apiadándose de sus ojeras color de lirio morao) le recomendó a grito pelado:

-Tú lo que necesitas es echar un buen polvo.

A Laura la habían operado de la rodilla, y después de largos meses inmovilizada, el traumatólogo le había prescrito rehabilitación. A pesar de que los ejercicios habían resultado más duros y dolorosos de lo que ella pensaba, estaba contenta: su rodilla parecía empezar a deshincharse. Sin embargo, sabía que aún le quedaban muchas sesiones por delante.

En sus esfuerzos por deshacerse de la etiqueta de frígida que intentaban endosarle, Laura se excedió. Ahora, recordándolo, se daba cuenta. Porque de repente empezaron a lloverle moscones de los sitios más insospechados. Al principio, se lo tomó a broma. Sabía por experiencia que los buitres desaparecen en cuanto se dan cuenta de que no hay carnaza. Pero no contó con lo bonito que es el amor. Todo el mundo estaba pendiente de quién se la llevaba al huerto.

El doctor le recetó veinte sesiones más, recomendándole esforzarse más que nunca. Su recuperación iba bien, pero estaba en un momento crítico. Cuando volvió al centro, la disyuntiva ya estaba clara: o vas al lavabo a chupársela a alguien de una puta vez, o efectivamente eres una frígida.

A ella no le gustaba ninguna de las alternativas así, por el bien de su rodilla, intentó mantener un difícil equilibrio entre las dos. Y logró aguantarlo hasta que una tarde, entre bromas y veras, los demás pacientes, armados con sendos rollos de venda elástica, intentaron atarla a la camilla debajo del candidato elegido por aclamación popular.

Lo demás es como siempre. La piña colada tolera mal que no se cumplan sus expectativas y la decisión fue unánime. Pues que hubiera ido de frígida, que es lo que es. Y además, coja.

-Te comprendo perfectamente –dijo Laura con un suspiro, aprovechando que Vanesa había hecho una pausa para beber un sorbo de vino- Hay veces que a una le gustaría ser invisible.

viernes, 20 de abril de 2007

MADRID




Para mí, Madrid es un amigo. Saber que cuando llegas hay alguien que te está esperando. Y que se preocupa de dónde vas a dormir, y de cómo vas a llegar allí. Que te lleva a su casa, con los suyos. y tú te sientes en la tuya.

Malasaña, Chueca y Glorieta de Bilbao. Vermuth de grifo, carteles de cuando Franco era cabo y charla de colegas en el Palacio de Cristal. El perfume de Granada en una terraza y el antiguo saber de la negra Tomasa.

Hay otro Madrid, lo sé. Un Madrid frío, de mendigos muertos en la calle y Goliat tratando de defenestrar a David. De miradas turbias, de orgullo herido y cobardía teñida de dignidad. El único Madrid que algunos son capaces de ver.

Pero yo, como el poeta, he andado muchos caminos y he abierto muchas veredas. Y en todas partes he visto mala gente que camina y va apestando la tierra. Y en todas partes he visto buenas gentes que nunca rechazan nada ni a nadie. Donde hay vino beben vino y donde no hay vino agua fresca.

Sé que algún día tendré que mirar de nuevo a la muerte a la cara. En eso quedamos las dos la última vez que estuvimos enfrente. Pero, mientras espero el día y hora de la cita, sólo quiero tener ojos para la vida. Ese era el trato. La vida es lo único que hay.

Madrid es el viaje a Itaca, los pensamientos del Campo del Moro y un niño que te enseña algo que necesitabas saber. ¿Cómo, si no, iba a tener el inmenso placer de regalarle esta canción a un amigo de verdad?