viernes, 18 de mayo de 2007

UNA CARTA




Hoy me he vuelto a pasar. La furia ha vuelto a salir de mí. La furia que me pierde, que me convierte en mala. Que cava zanjas a mi alrededor, justo donde menos quisiera tenerlas.

La frustración. Sentir que la lucha de cada día no conduce a nada, no lleva a ninguna parte. Estás sumergida en un pantano, donde cada paso supone un inmenso esfuerzo para despegar el pie del mismo barro donde después volverás a caer de bruces.

La vergüenza de la decepción. Tener conciencia de que estás haciendo el más espantoso de los ridículos y sin embargo, seguir haciéndolo.

El enorme cansancio de la desesperanza. Llevar sobre los hombros un peso el doble que el tuyo, que te ancla cada vez más al panal de rica miel donde mueren las moscas.


El desconcierto de ser una extraña entre extraños. Sentirte de pronto pobre, sin nada que ofrecer más que tu viejo y gastado mundo, a los que te ofrecen una galaxia nueva y desconocida.

Hoy me he vuelto a pasar. Porque ya no puedo llevar ni siquiera una mochila ligera; porque estoy tan hundida y tan vacía; porque me siento tan gastada, que sin querer me convierto en decepcionante.

Lo siento. Sólo puedo pedirte que intentes comprenderme. Te quiero tanto. Nunca sabrás cuanto.

4 comentarios:

poetabululu dijo...

La lectura de esa carta me ha emocionado ¿sabes porqué? Porque expresa unos sentimientos que me son muy afines, con una única connotación... lamento no haberlo escrito yo. La impotencia que uno siente ante determinadas situaciones, darse cuenta que pone toda la carne en el asador, para nada; es más... me atrevería a decir que a veces uno pone tanta, tanta carne en el asador, que termina por quemarse a lo bonzo.

Besitos, Frida. Mola tu carta

"el rudo" dijo...

Puede que los de la "galaxia nueva" necesiten un día algo de lo que ofrece la sabiduría de tu "viejo y gastado mundo". Seguro que en ese momento no les darás la espalda y todavía encontrarán carne en el asador, como dice kasi siempre. Animo Frida, a veces la zanja que vemos a nuestro alrededor no es tan profunda como creemos, si es que no existe solo en nuestra imaginación.

Frida dijo...

Gracias por los comentarios, chicos. Cuando vas a Itaca siempre ayuda encontrar a otros caminantes.

Anónimo dijo...

Querida Frida:

Sufrí leyendo tu carta. Sufrí porque muchas veces me he sentido igual, porque eres tú un modelo de energía positiva y electrizante al que no acostumbro sentir "sin el control".

No!! Me resisto a pensar que se pueda claudicar, incluso cuando nos aplaste la vida o la gente o las situaciones que sacuden. NO!!!
Nacimos rebeldes porque el mundo nos hizo así, y porque así podemos llenar de brillo la vida de muchos más.

Que nada ni nadie te quite JAMAS tu estatura de gigante (no la física) la otra, la que no se ve.

Que nada ni nadie te roben la confianza, ni la seguridad, y mucho menos la rebeldía!!!

Indignarte puedes!!! PODEMOS!!!
¿Claudicar? Jamás! Tendríamos que volver a nacer.

Te quiero mucho.

Otra rebelde, yo.